Revista de Psicoanálisis




Datos del documento:

Título:Cuando el cuerpo interpela al tiempo y se abre el por-venir. Algunas vicisitudes de la mediana edad
Autor(es):
Fecha de Edición:2020
Páginas:p. 135-157
Notas:Notas sobre este artículo: Pertenece a la parte: Temporaliad e incertidumbre
Descriptores:
Volumen y Número:2020|Volumen 77 - Nro. 03
Cita bibliográfica:
Derechos:Material digitalizado con exclusivos fines de preservación y difusión del conocimiento académico producido en la Institución. Su utilización debe ser acompañada por la cita bibliográfica con reconocimiento de la fuente.
Resumen:Este trabajo pone en consideración lo que sucede en la mediana edad de la vida cuando se conmueve la tensión certidumbre/incertidumbre que habita en todo sujeto. El cuerpo pulsional se transforma en el mensajero que anuncia el paso del tiempo y la finitud de la vida. El tiempo es interpelado por el propio cuerpo y desencadena un trabajo psíquico que permite poder tramitar la propia transitoriedad. La autora, basándose en escritos de Freud, propone que el propio cuerpo es vivido como un intruso que molesta porque lo que conmueve es la idea de la propia inmortalidad. El estado de ánimo que genera es el de la perplejidad, y la vivencia es la de desorientación, acompañados de un sentimiento de enajenación. La singularidad de cada uno dará la posibilidad o no de pasar del extrañamiento a la reapropiación de aquella zona extranjera-familiar. En el trabajo se propone también que debido al impacto psíquico que se genera, si se cuenta con los recursos necesarios, se podría promover un cambio de paradigma que permitiría que al reconocer la limitación del tiempo personal y la incertidumbre del vivir se dé paradójicamente la apertura del porvenir y se pueda relanzar el propio deseo.
Abstract:When the body is challenged by time and the future opens up. Some vicissitudes of middle age. This paper discusses what happens in the middle age of life when the tension between certainty and uncertainty inhabiting every subject is shaken. The driving body becomes a messenger that announces the passage of time and the finiteness of life. Time is challenged by the body itself and unleashes a mental work that allows the individuals to deal with their own transience. Based on Freud’s writings, the author proposes that the body is experienced as an annoying intruder because the idea of one’s own immortality is shaken. It generates a state of perplexity and a feeling of disorientation and of alienation. Each person, according to his/her own characteristics, will have or not the possibility of changing from estrangement to the reappropriation of that both foreign and familiar zone. The paper also proposes that, due to the psychical impact generated, in case that the necessary resources are available a change of paradigm could be fostered that, in recognizing the limits of a person’s time and the uncertainty of living, the individual’s future may paradoxically be opened and his/her own desire could be again projected.
Resumo:Quando o corpo interpela o tempo e se abre ao porvir. Algumas vicissitudes da meia-idade. Este trabalho leva em consideração o que acontece na meia-idade da vida quando se vê afetada a tensão certeza/incerteza que habita em cada sujeito. O corpo pulsional se transforma no mensageiro que anuncia a passagem do tempo e a finitude da vida. O tempo é interpelado pelo próprio corpo e desencadeia um trabalho psíquico que permite tramitar a própria transitoriedade. A autora, baseando-se em escritos de Freud, propõe que o próprio corpo é vivido como um intruso que incomoda porque o que abala é a ideia da própria imortalidade. O estado de ânimo que gera é o da perplexidade, e a vivência é a de desorientação, acompanhados de um sentimento de alheamento. A singularidade de cada um dará a possibilidade ou não de passar do estranhamento à reapropriação daquela zona estrangeira-familiar. No trabalho se propõe também que, devido ao impacto psíquico que é gerado, se se contar com os recursos necessários, poder-se-ia promover uma mudança de paradigma que permitiria que ao reconhecer a limitação do tempo pessoal e a incerteza de viver se dê paradoxalmente a abertura do porvir e que o próprio desejo possa ser relançado.